Paco de Lucía, el genio flamenco
En el flamenco Paco de Lucía lo fue todo: dominó a la perfección la técnica de la guitarra española; fue el responsable de llevar la improvisación al flamenco y la convirtió en su seña de identidad; se arriesgó en cada disco hasta crear el lenguaje flamenco que conocemos hoy; descubrió el cajón peruano y se lo mostró al mundo en forma de cajón flamenco; le dio a la guitarra el protagonismo que hoy tiene separándola del cante; grabó 12 discos junto a Camarón, la voz flamenca más prodigiosa de todos los tiempos; y compuso melodías bellísimas que han dado la vuelta al mundo. Esta es la historia de un genio que nunca se cansó de aprender.
EL NIÑO PACO
“Yo solo quiero caminar, como corre la lluvia en el cristal, como camina el río hacia la mar”. Así dice una de las canciones de Paco de Lucía (Algeciras, Cádiz, 1947) y así podemos resumir su historia. Vivió para la guitarra y es uno de los músicos españoles más importantes del siglo XX.
Con nueve años su padre, el guitarrista Antonio Sánchez, le sacó de la escuela. Necesitaba ayuda para pagar las cuentas. Entonces, el pequeño Paco pasaba diez horas al día tocando la guitarra en su cuarto, perfeccionó su técnica y tocó por primera vez ante el público. Originalmente, las guitarras flamencas servían para acompañar a los cantaores, y casi todos los cantaores eran gitanos. Pero “los gitanos estaban mal vistos” y su padre no quería el trabajo de cantaor para sus hijos. No quería que la gente pensase que eran gitanos. Prefirió enseñarles a tocar la guitarra.
Sus primeros maestros, su padre y su hermano mayor, Ramón, enseñaron al pequeño a colocar los dedos en el mástil y a tocar sus primeros acordes. Pero el guitarrista ya tenía el flamenco en la cabeza y conocía todos los palos (ritmos flamencos) antes de empezar a tocar. Lo aprendió viendo a su padre y a los artistas que llegaban cada madrugada a su casa después de trabajar tocando en la fiesta de algún señorito andaluz. Guitarristas y cantaores pasaban por esa casa a seguir su propia fiesta y el niño Paco llenó su cabeza de cantes y melodías. Como se dice vulgarmente, Paco de Lucía mamó el flamenco. Afortunadamente, el guitarrista algecireño era de una generación de flamencos que ya no necesitaron tocarle a ningún “señorito” para ganarse la vida. “Hace diez años que el flamenco no pasa hambre. Sin embargo, hay artistas que son populares y ganan dinero y siguen aceptando el juego del señorito. Le aceptan su dinero igual que antes. Esto a mí me provoca náuseas”, dijo en 1974. Muchos años más tarde, volvió a encerrarse en su cuarto 12 horas al día durante un mes entero para aprenderse de oído la obra más popular de la música española: el Concierto de Aranjuez, de Joaquín Rodrigo (1991). Su disco se grabó en directo ante guitarristas expectantes y el propio maestro Rodrigo. ¿Cuál fue su aportación?, juntar dos músicas peleadas: la música clásica española y el flamenco. “Yo toco el concierto tal y como viene en la partitura, pero nunca lo oí tocado a ritmo”, declaró. Y explicaba cómo un guitarrista clásico siempre busca la perfección del sonido, y cómo se para donde no hay que pararse si quieres colocar bien los dedos. Él antepus el ritmo a la limpieza de las notas porque es lo que más le importó en su música.
El guitarrista inventó su propio alfabeto para el flamenco y esta es la herencia que deja a los músicos del mundo entero. Su guitarra parece hablar: “De alguna manera, cuando toco, trato de imitar al que canta”, decía en una entrevista. Pensaba que la voz humana era el instrumento más potente. De pequeño quería ser cantaor, pero era gordito y tímido, dos cualidades muy malas para superar la vergüenza en una tierra como Andalucía, donde se hacen chistes de cualquier cosa. Pero siempre le gustó cantar y grabó por primera vez su voz en dos temas de Luzia (1998), los dedicados a su madre, Lucía Gomes, la Portuguesa, y a Camarón, su alma gemela.
ENTRE DOS AGUAS
En 1973 se publica Fuente y caudal, para él su disco más importante. Tiene 26 años, alcanza la perfección técnica y la máxima rapidez; por primera vez en flamenco se usa el fade out al final de varios temas. Este trabajo se encontraba en todas las tiendas de discos europeas y puso el flamenco en órbita por todo el mundo. La culpa la tuvo una rumbita que se metió a última hora en el disco porque faltaba un tema. Entre dos aguas es hoy la rumba más internacional y su tema más popular.
Cuando era ya una gran figura grabó su primer disco en directo. Era el año 1975 y se encontraba en el escenario más importante de España: el Teatro Real de Madrid. Por primera vez un guitarrista flamenco se sentaba ante un auditorio cruzando una pierna y apoyando la guitarra en ella.
Al año siguiente volvió a sonar su nombre: decidió dar protagonismo a sus músicos y se convirtió en el único guitarrista flamenco acompañado por un grupo en toda regla. Un bajo y un laúd acompañan las melodías de Paco de Lucía en Almoraima, el disco que incluye la emblemática y moruna bulería del mismo nombre. A partir de este momento, encontrará en otros músicos el camino para llegar a brillantes momentos de inspiración.
PACO DE LUCÍA SEXTET
En 1981 aparece Solo quiero caminar, un disco con temas muy potentes que traen nuevos instrumentos al flamenco. Escuchamos por primera vez el cajón que Paco descubre en una de sus giras en Perú a finales de los setenta. Rubem Dantas es el percusionista brasileño encargado de tocarlo. Junto a ellos están la flamenquísima flauta de Jorge Pardo, el bajo preciso y sutil de Carles Benavent, la voz de Pepe de Lucía y la guitarra de acompañamiento de Ramón de Algeciras. Ellos son el Paco de Lucía Sextet, una formación musical inspiradísima, redonda, llena de creatividad y de atrevimiento. Esta vez el sonido es diferente: es fresco, compacto, salvaje y flamenco. Los músicos improvisan como en el jazz, dialogan con sus instrumentos y, a la hora del directo, disfrutan conversando en un lenguaje nuevo. Con esta formación se grabarán dos discos en directo: Live… One Summer Night (1984), con la versión más excitante de “Entre dos aguas”, y Live In America (1993), una representación mágica de los temas que vinieron después con Siroco y Zyryab.
SIROCO Y ZYRIAB, DOS JOYAS QUE CAMBIARON PARA SIEMPRE EL SONIDO FLAMENCO
A Paco de Lucía cada vez le costaba más hacer un disco porque sentía que en cada trabajo debía decir algo nuevo. Tenía esa presión y por eso pasaba tanto tiempo entre un disco y el siguiente. Después de grabar temas de Manuel de Falla (El amor brujo) en 1978, y tras estar de gira con su sexteto y consolidar su nuevo sonido, Paco de Lucía publica Siroco(1987), para muchos, el disco más impactante de su carrera. Vuelve al sonido viejo, pero logra hacer algo nuevo y su guitarra suena, según el poeta Félix Grande, como “un alarido mundial”. Aquí dedica un tema maravilloso a su gran maestro, el Niño Ricardo, uno de los guitarristas flamencos más importantes de la historia. Siroco suena flamenco, luminoso y andaluz. La tradición se siente, se respeta y se renueva.
Tres años después del impacto de Siroco llega Zyryab (1990), una joya de los noventa que contiene algunos de los temas más contundentes del repertorio del guitarrista gaditano. En el disco, también le dedica “Tío Sabas” a su otro referente, el guitarrista Sabicas.
Contaba el propio Paco de Lucía que, con tan solo 12 años, tuvo que tocar para Sabicas en un hotel de Nueva York. Le levantaron de la cama y le llevaron delante del maestro. Paco interpretó un tema del Niño Ricardo. Cuando terminó, Sabicas le dijo que un guitarrista debía tocar sus propios temas. Entonces, el niño Paco comenzó a componer y no paró hasta los 66 años. No paró hasta que su corazón dijo “basta” en un lugar de la península de Yucatán. Paco de Lucía murió junto a su mujer y sus hijos en febrero de 2014 en Playa del Carmen. Y esta playa, como las personas a las que amó en su vida y como muchos otros lugares que le marcaron, tiene su propia canción en forma de rumba.
Quelle: Revista Punto y Coma