Los vinos de España

Los vinos españoles son famosos en todo el mundo por su diversidad y calidad. España es uno de los mayores productores de vino y cuenta con una amplia variedad de regiones vinícolas. El clima y el suelo español son ideales para el cultivo de la vid. España tiene más de 900.000 hectáreas de viñedos, lo que la convierte en el país con mayor superficie de viñedos del mundo. Existen más de 60 Denominaciones de Origen (DO), que son zonas vinosgeográficas reconocidas por la calidad de sus vinos.

La Rioja

Una de las zonas más conocidas es La Rioja, donde se producen vinos tintos de alta calidad. Los vinos de Rioja suelen tener un sabor afrutado y se caracterizan por su crianza en barricas de roble. La Rioja tiene tres subregiones: Rioja Alta, Rioja Baja y Rioja Alavesa, cada una con características climáticas y de suelo que influyen en el sabor del vino. Las uvas más comunes en La Rioja son Tempranillo, Garnacha, Mazuelo y Graciano. Los vinos de Rioja se clasifican en Joven, Crianza, Reserva y Gran Reserva, dependiendo del tiempo de envejecimiento en barrica y botella.

Ribera del Duero

Otra región importante es Ribera del Duero, reconocida por sus vinos tintos robustos y potentes. Estos vinos se elaboran principalmente con uvas de la variedad Tempranillo, conocida localmente como Tinto Fino o Tinta del País. La región se encuentra a lo largo del río Duero, en Castilla y León. Los vinos de Ribera del Duero suelen tener un sabor intenso con notas de frutas maduras y especias, y pueden envejecer bien debido a su alta calidad. La altitud de los viñedos, entre 700 y 850 metros sobre el nivel del mar, y el clima continental extremo, con veranos calurosos e inviernos fríos, contribuyen a la concentración y complejidad de los vinos.

Penedés y el cava

En Cataluña, la región de Penedés destaca por sus vinos espumosos, como el cava. El cava es similar al champagne francés y se elabora mediante el método tradicional, conocido como método champenoise, que consiste en una segunda fermentación en botella. Las uvas principales utilizadas para hacer cava son Macabeo, Xarel·lo y Parellada. El proceso de elaboración incluye la adición de azúcar y levaduras al vino base, lo que provoca una segunda fermentación que produce las burbujas características. El cava se clasifica según su nivel de azúcar en Brut Nature, Extra Brut, Brut, Extra Seco, Seco, Semiseco y Dulce.

Diversidad de vinos españoles

Además de estas regiones, España produce una amplia gama de vinos blancos, rosados y generosos, cada uno con sus propias características únicas. Por ejemplo, en Galicia, los vinos blancos de la DO Rías Baixas, elaborados con la variedad Albariño, son conocidos por su frescura y acidez. En Andalucía, los vinos generosos como el Jerez, producido en la región de Jerez de la Frontera, destacan por sus métodos de crianza oxidativa y biológica en el sistema de soleras. Los vinos españoles son ideales para acompañar platos típicos de la gastronomía española, como la paella, el jamón ibérico y los quesos.

La leyenda de los Amantes de Teruel

Cuenta la leyenda que Isabel y Diego crecieron y jugaron juntos en el Teruel del siglo XIII. Ambos eran de familias nobles de la ciudad. Ella, hija de Don Pedro de Segura, un rico comerciante. Y él, de los Marcilla, una familia de linaje pero que había perdido su gran hacienda por culpa de una plaga de langostas que asoló la comarca en 1208. Los dos amigos fueron creciendo y con ellos el amor que sentían el uno por el otro.

Un día decidieron que podían sellar su amor con el matrimonio, así que Diego pidió la mano de Isabel. Pero a don Pedro de Segura no le agradó la idea en absoluto. No podía permitirse casar a su hija con un mozo de inferior linaje al suyo. Los dos enamorados quedaron desolados. Hasta que surgió una posibilidad de resolver el entuerto. No se sabe muy bien de quién fue la idea, si de Isabel y Diego o del padre de ella. El caso es que se les dio una oportunidad: Isabel esperaría durante cinco años a que Diego consiguiera dinero y honores. Con los cinco dedos de su mano derecha hicieron el juramento de esperar hasta el regreso de Diego, incluso para darse un beso.
Diego marchó a las cruzadas a luchar. Dicen que pasó por las Navas de Tolosa e incluso por Muret. Durante cinco largos años quedó Isabel sola, esperando y sin saber cuál sería la suerte de Diego. Cuentan que los soldados que regresaban de la batalla de Muret relataban que allí no quedaba nadie vivo. Se dice, incluso, que la familia de Segura pagó a un pobre granuja de Teruel para que hiciera correr la voz de que él mismo había visto caer a Diego en el frente. De una u otra forma, el caso es que tales fatalidades llegaron a oídos de Isabel.

Viendo que ya se cumplían los cinco años acordados y que su padre la apremiaba a casarse, la joven aceptó finalmente la proposición de don Pedro de Azagra. Pretendiente favorito de su padre y poderoso señor de Albarracín. A los cinco años y un día de aquella promesa que unos jóvenes amantes se hicieron, la ciudad entera se engalanó para celebrar unos grandes esponsalesTodo era jolgorio y alegría, todos gozaban felices, salvo Ia pobre Isabel.

Y por los caprichos del destino, justo aquel día, Diego conseguía regresar a Teruel. Sano y salvo, con honores y riquezas y con la ilusión de reunirse por fin con su amada Isabel. El repicar de campanas, la música y algaradas llamaron su atención y preguntó qué estaba pasando. Le anunciaron que la ciudad celebraba el casamiento de Isabel de Segura con don Pedro de Azagra, señor de Albarracín. En ese instante, Diego creyó enloquecer de ira pues su amada no lo había aguardado.

Pero se recompuso pues, en realidad, Isabel no había roto el acuerdo. El plazo ya había expirado. Decidió entonces ir en su busca a su nueva residencia y pedirle aquel beso que tanto había anhelado durante los largos y duros años de batallas. Se encaramó al balcón de la recién casada y la despertó para rogarle esta última prueba de amor. Pero Isabel no se sintió capaz de romper los votos que acababa de prometer y se lo negó. El rayo del rechazo fulminó el corazón de Diego, quien cayó muerto en ese mismo instante.
Según se dice, su extraña muerte conmocionó a toda la ciudad de tal manera que acudió en masa a los oficios por el alma de Diego. Isabel, desconsolada por haber perdido a su verdadero amor, se coló en el funeral para poder darle aquel beso que le había negado en vida. Se acercó al cuerpo sin vida de su amado y lo besó intensamente. Y en ese preciso instante, los allí presentes pudieron ver cómo ella caía muerta sobre el difunto.

Fue tal el impacto de los hechos acaecidos que las familias decidieron darles sepultura juntos para que no volvieran a separarse nunca más. Y de esta forma descansan hasta nuestros días. Los lugareños aseguran que esta historia no es ninguna tragedia pues el amor es quien sale victorioso. Después de todo, Isabel y Diego descansan juntos por la eternidad.

 

Quelle: Heraldo.es

CAMINO DE SANTIAGO

Durante el largo recorrido del Camino de Santiago las noches claras son un verdadero privilegio para el peregrino. El cielo le muestra una curiosa y densa estela de estrellas que señala la dirección correcta a su destino.

La Vía Láctea es el recurso más antiguo que usaron los primeros peregrinos para llegar hasta Santiago de Compostela. Su nombre resalta de nuevo la inspiración astronómica: Compostela no es más que el “campo de las estrellas” (campus stellae).

Desde luego, no fueron las estrellas las impulsoras de esta singular ruta. A diferencia de otros caminos, no se trata de un itinerario motivado por el comercio o por una expansión territorial. El verdadero motor del Camino era, y sigue siendo, la fe.

Todo comenzó con el descubrimiento del sepulcro del apóstol Santiago en el Siglo IX. Galicia estaba por aquel entonces en el fin de la Tierra y la Edad Media fue testigo de cómo el final de la vieja Europa se transformó en el destino de incontables peregrinos. Aquel descubrimiento aportó la prueba necesaria para reavivar la fe cristiana.

El Camino resultó ser un instrumento político importante. Por aquel entonces los reinos cristianos vivían con agonía la invasión musulmana. Gracias al interés que suscitó el hallazgo, el norte de España logró sobrevivir al invasor. Los peregrinos más nobles ofrecieron protección y financiación para el Camino, mientras que los más humildes se encargaron de extender por todo el continente la gran noticia. El Camino pronto se convirtió en eje vertebrador de Europa y fue un perfecto vínculo de unión, ya que por él penetraban corrientes artísticas, mercancías y población.

La definitiva promoción del Camino se da en 1120 cuando el papa Calixto II decide conceder la indulgencia plena a los peregrinos que realicen el Camino durante los Años Santos Compostelanos. El Año Santo se produce cuando el día del patrón, el 25 de julio, es domingo. Este año 2010 se cumple de nuevo esta condición, y no será hasta 2021 cuando vuelva a suceder. Las expectativas de llegada de peregrinos nunca fueron tan grandes.

Hoy en día, el Camino sigue siendo una ruta de gran importancia. El Camino de Santiago sitúa a Galicia en el mapa del mundo, equiparándose a destinos religiosos como Roma o Jerusalén. Peregrinos de todas partes del mundo acuden en masa a visitar el Santo Sepulcro. Los motivos por los que se realizaba el viaje eran tan diversos como el origen de los caminantes. Había peregrinos de buena fe, pero también aquellos que tenían que cumplir una penitencia. El Camino estaba también animado por juglares y puesto en peligro por fugitivos y bandidos. Hoy en día, la motivación religiosa convive con la deportiva, cultural o simplemente social.

La mayoría de los caminantes se dirigen a Santiago por la vía francesa, pero lo cierto es que existen innumerables itinerarios para llegar a Santiago de Compostela.

Desde Gran Bretaña, pasando por el tempestuoso océano Atlántico, llegaban barcos cargados de peregrinos a los puertos de A Coruña y Ferrol. Desde estas localidades del norte de Galicia caminaban algo menos de cien kilómetros hasta llegar a Santiago, por el conocido Camino inglés.

Nuestros vecinos portugueses optaban por la ruta que partía de Coimbra bordeando la costa de Portugal durante más de trescientos kilómetros. Los peregrinos tenían que cruzar en pequeñas barcas el caudaloso río Miño, la frontera natural entre Galicia y Portugal.

Más desconocido es quizás el más antiguo de todos: el Camino primitivo, que recorría todo el norte de España durante más de 300 kilómetros al borde del mar Cantábrico. El de mayor longitud es el camino que provenía del sur de España: la Ruta de la Plata, que recibió este nombre por ser la ruta por la que los obispos andaluces y extremeños enviaban el metal precioso a la catedral compostelana. Desde ciudades como Córdoba o Sevilla puede trazarse una ruta de más de mil kilómetros.

Hoy en día, el Camino francés sigue siendo el más transitado de todos. Su itinerario parte de países de Europa del Este o Centroeuropa, siendo Saint Jean Pied de Port, en Francia, el punto de encuentro de todos ellos. Después de un largo recorrido por la planicie de Castilla, el caminante se adentra en Galicia por uno de los puntos más altos del Camino, la montaña de O Cebreiro. Resulta una verdadera prueba para la fortaleza del caminante, que ya comienza a sentir la cercanía de Santiago.

 

 

Quelle: Revista Punto y Coma.

JAMÓN. UN MANJAR UNIVERSAL

Un exponente de la identidad culinaria española. Es un producto de gran consumo y elaboración tradicional. Está presente en casas, bares y carnicerías. El paladar sabe por qué.

Grandes cantidades de sal, aire y el paso del tiempo: este producto que tanto gusta no tiene ni un aditivo más.

El resultado es el jamón curado. Entonces, ¿dónde está el secreto de su sabor y aroma? En la raza del cerdo, su alimentación, el régimen de vida y el proceso de curación.

El proceso de elaboración es sencillo, pero meticuloso. Tiene cuatro fases. La primera se llama salazón: las patas traseras del cerdo (jamón) o las delanteras (paleta) se apilan y se cubren con sal marina entre siete y diez días (más o menos un día por kilo de peso). La segunda se conoce como reposo o postsalado: el objetivo es la distribución homogénea de la sal por el interior de la pieza. Se realiza a bajas temperaturas (entre 0º C y 6º C) con bastante humedad y durante 30 o 60 días, aunque esta fase puede llegar a durar hasta 90 días. La tercera se denomina secado: los jamones se cuelgan desde el inicio de la primavera hasta el final del verano. El calor de los meses de julio y agosto provoca que se funda la grasa e impregne las fibras musculares. Este efecto se conoce como “sudado” y es una señal de calidad. La cuarta y última fase se define como maduración o envejecimiento en bodega: los jamones se recogen al inicio del otoño y se colocan en zonas con temperaturas más estables y frescas. La duración de esta etapa puede oscilar entre 18 y 30 meses

 

Quelle: Revista Punto y Coma

Dulces de Navidad típicos de España

Desde 2020, la Navidad es un poco diferente en todo el mundo. La pandemia ha hecho que muchos amigos y familiares que viven lejos de su lugar de origen no puedan viajar y que sea Amazon quien entregue sus regalos. En España, muchas familias no podrán recibir a sus seres queridos con los dulces típicos navideños. Aún así, las casas de los españoles se llenan estos días turrones, mazapanes y polvorones, y los que están fuera tendrán que conformarse con verlos a distancia a través de las pantallas de sus ordenadores o teléfonos móviles. Vamos a recordar los dulces que más comen los españoles en estas fechas.

EL TURRÓN

Es el dulce navideño por excelencia y, en estas fechas, no puede faltar en ninguna casa española. Casi todo se fabrica en Alicante, en una ciudad que se llama Jijona (Xixona, en catalán). La base del turón está hecha con almendra, azúcar y miel. Principalmente hay dos tipos de turrón: el más típico es el turrón duro, en el que la almendra está entera; y para los más golosos está el turrón blando, que es mucho más dulce y tiene la almendra molida. Posteriormente aparecieron el turrón de chocolate, el de yema, el de coco… Y hoy existe un sinfín de variedades al gusto del consumidor. ¡Hasta existe el turrón sin azúcar!

 

LOS POLVORONES

También los polvorones son un clásico en la Navidad  española y los encontraremos en muchas casas españolas  junto al turrón. En casi todas las cocinas hay una caja de polvorones que nos invita a comernos un polvorón en cualquier momento que nos apetezca, a cualquier hora del día o de la noche. El polvorón está hecho con harina, azúcar, almendra y manteca de cerdo. Los más típicos son los de Estepa, en Andalucía. Son de pequeño tamaño, tienen una forma ovalada y van siempre envueltos en papel. Su textura es muy fina, como si estuviese hecho de harina. El polvorón es muy blandito y se deshace con mucha facilidad; un truco para que no se deshaga al comerlo es apretarlo fuerte con la mano cuando todavía está envuelto en el papel. Así se quedará más compacto y no se deshará al comerlo.

EL MAZAPÁN

Es otro dulce típico de Navidad hecho a base de almendra y azúcar. Con la masa se hacen distintas formas, lo que los españoles llaman figuritas de mazapán. Un lugar donde encontrarás un delicioso mazapán es Toledo, una ciudad medieval preciosa a tan solo una hora de Madrid. 

 

MANTECADOS

Son muy parecidos a los polvorones. También se hacen, sobre todo, en la ciudad andaluza de Estepa (Sevilla). Se diferencian del polvorón en que el mantecado es siempre redondo y suele ser un poco más pequeño. Los ingredientes son los mismos, pero el mantecado no lleva almendra. Su textura es algo más seca, más “terrosa”, más parecida a la de las galletas. Además, el mantecado no se deshace tan fácilmente como el polvorón porque lleva clara de huevo. Así que no lo aplastes antes de comerlo, por favor.

 

 

 

EL ROSCÓN DE REYES

Aunque en la actualidad durante todas las Navidades podemos encontrar el roscón de Reyes en todas las pastelerías que se precien, los días típicos para comerlo son el 5 y el 6 de enero, es decir, la víspera de Reyes y el día de Reyes. Todas las casas compran su roscón para la merienda del 5 o para el desayuno del 6, así que, si vamos de visita a las casas españolas durante uno de esos días, lo más habitual es que nos ofrezcan un trozo de este bollo en forma de rosca o corona, con la textura de un brioche. Además, todos los roscones esconden una figurita en su interior. Si te toca, serás el rey durante ese día…, o deberás pagar el roscón, depende de cada región y familia.

 

Quelle: Revista Punto y Coma

 

 

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